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Vive y Deja Vivir

Mis cositas

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Para no ser la única de la blogosfera que no diga nada sobre el día de hoy (muy gracioso, Nostradamus), me comprometo a ver una de vampiros (pá gustos, colores), que es lo más parecido que me apetece hoy sobre el tema en cuestión. O mejor no, convenceré a mi madre para ver una que no tiene desperdicio: Las brujas de Eastwick. 

Un amor

Ella se sabía observada. En la biblioteca no había demasiada gente ese día. Los viernes por la tarde solían ser bastante tranquilos. Y el hecho de estar en junio, y que los días fueran calurosos, era más que suficiente para que las playas estuvieran abarrotadas y fueran la mejor opción.

Pero cuando levantaba la vista del libro, del que ya había leído entorno a la mitad, y miraba a su alrededor, nadie la observaba, a nadie parecía importarle la soledad de la sala. ¿Quién se fijaría en ella?

Él la observaba. Escondido tras la estantería, no podía dejar de mirarla. ¡Dios, que hermosa era! Estaba prendado de cada una de sus gestos, del agrandamiento de sus ojos que llenaban su cara con la lectura de cada una de las páginas, de la curva de sus labios, que murmuraban las palabras que iba leyendo.

Hacía tanto tiempo que tenía medidas sus aficiones, los pasos hasta su casa, el camino al trabajo, a la biblioteca, el supermercado donde ella compraba. No hacía más que pensar en presentarse delante de ella, postrar su rodilla en el suelo y pedirle una oportunidad, una cita, un minuto de su compañía.

Pero los días pasaban, los meses pasaban , los años, ya más de 20 habían transcurrido, y él jamás se había atrevido a hacer algo más que mirarla.

Lloró cuando ella encontró un amor. Lloró, esta vez de alegría, cuando ella rompió con él, y volvió a llorar cuando la vió, sola, triste, consumirse en vida.

La seguía a todas partes, hacía guardia frente a su puerta, la espiaba por las noches, la esperaba de día, se sentaba tras ella cada domingo en la iglesia, y aspiraba el perfume de su cabello, a jazmín y té verde.

Y una mañana ella no salió de casa. Y las luces de abajo no se encendieron. Sintió como el coracón se le hacía chiquito en el pecho, pero decidió esperar un poco más, quince segundos más, un minuto más. Y no pudo esperar más.

Rompió la puerta de su casa, y la encontró tendida en el pasillo, apenas sin respiración, débil el pulso y pálida la frente.

La policía tardó diez minutos en llegar. La ambulancia dos minutos más. "¿Es usted su marido?". "¡Sí!" respondió él. Y no se separó de su cama, de su lado. Le salvó la vida.

Y ella sintió que una cálida mano sujetaba la suya. Y creyó que esa misma mano le arreglaba el cabello, y se enamoró, como una chiquilla.

Y ya nunca se separaron.

Virus y otras maldades

Virus y otras maldades

Seguro que el que se ha hecho fuerte en mi ordenador no es gallego. Me lo tengo que tomar con humor, porque película, video o cualquier otro archivo que paso de C:/ a D:/ desaparece convertido en algo parecido a esto [^&+$~oª#.>’i], ocupando espacio y no permitiéndome borrarlo. Y ya me estoy cansando.

Tendré que renunciar a ampliar mi colección gracias a las bondades del p2p durante unos días, porque, encima, en C:/ casi no tengo espacio. ¡Qué tristeza, por Dios! Y como siempre me dice mi madre, parece que todo lo que podría estropearse, huele que pronto viene la paga extra de marzo. ¡Cómo si no tuviera bastantes deudas ya, tendré que gastar, que no invertir, en mi máquina infernal!

En fin, peor es algo que vi en el periódico el otro día, que la verdad, debería consolarme cuando me sienta deprimida, sin un horizonte, sin paz ni sosiego, un pequeño insecto... Aunque, como a mi chico parece que le va gustando lo de fregar los platos, pues se me están acabando los motivos de queja. Y eso es bueno. Lo peor, que quiere que el domingo vayamos al fútbol, jejejejeje. Eso me faltaba.

¡Arriba las manos!

¡Arriba las manos!

Bueno, primera metedura de pata. En mi afán por buscar la perfección (je, je, je) he guardado como borrador el primer artículo que escribí. Y al publicarlo de nuevo... ¡se cambió la fecha! Por eso me ha tocado hacer lo mismo con los otros dos (menos mal que son poquitos)

Para el mundo mundial, Viveydv inauguró su blog hoy, con una amplia experiencia desde ayer, ja, ja, ja.

Así que ya sabéis, ¡arriba las manos! Si es que soy una manitas :-(

Zapatos nuevos

Zapatos nuevos

Así me siento. Como una niña con zapatos nuevos. Sí, ya sé que la frase está muy trillada, pero tenía muchas ganas de tener un blog, jejejje, y aún no sé ni lo que contaré, yo, que pese a ser un poco cotilla, soy taaaaan vergonzosa.

Siempre he escrito un diario, desde los 8 años, y jamás se lo dejé leer a nadie. Así que no esperéis grandes intimidades.

Por cierto, si alguien me lee alguna vez, optimista que es una, que me escriba, aunque sea para decirme que cierre la paraeta.

Ah, y felices fiestas a todo el mundo!